Critica Noticias, sábado 13 de junio de 2009

Entre máscaras y pinturas
Modern Jazz Ballet dirigido por Noemí Coelho y Rodolfo Olguín, en tres obras de sus conductores. Teatro Margarita Xirgu. Chacabuco 875 (dentro del Casal de Catalunya). Sábados de junio y julio a las 17. Entradas $ 40 y $ 30.
Por Enrique Honorio Destaville

Cuando Coelho-Olguín se disponen a montar un nuevo espectáculo, se embarcan para afrontar los contratiempos. Nada debe desvirtuar aquello que hizo triunfar su ballet, mientras se despliegan las exigencias técnicas que Noemí enfrenta sin piedad pero con paciencia, en directa colaboración con el versátil Rodolfo. Ambos trabajan en la adaptación y actualización de los textos que él maneja con erudición y Noemí tiene la música en su fino oído. Y conocida es la afición por la pintura, con las variantes del Japón milenario que Olguín emplea en el vestuario.

El credo artístico de ambos está escrito con los mismos pasos del Modern Jazz Ballet, con todo el peso de lo clásico –que fue su cuna– y del jazz-dance. Esta es la devoción más cara para ella, en tanto él aparece identificado con la belleza de líneas del neoclasicismo, propagado por aquel extraordinario Ballet Théâtre Contemporain. De allí que en “La Piel del Amor” sobre música de Theodorakis, Brahms y Kander, muestre aquella predilección en la línea y plástica del movimiento impreso por su coreógrafo. Su trabajo se corona en los pas-de-deux como “Amor Ideal”, que encomiablemente interpretan jóvenes como Sheila Fingier y Andrés Rosso, o los “maduros” del elenco como Julieta Zabalza y Claudio Alves de actuación y “rapport”, a la par de los jóvenes Nuria Sanrromán y Marcos Chaves.

“La Piel del Amor” también está concebida para solos dramáticos, que protagoniza Soledad Pertino con toda la fuerza de su natural expresividad, y en el prolegómeno con la aparición de dos orientales con máscara, de concepción bejartiana (J. Borghi y D. Cantero). Se suma la dinámica danza mogrebina de la refinada y efusiva Carol Chana, con el hermético kaftán que visten las afganas. El inicio fue para “Recuerdos”, música de Piazzolla, que une breves y conmovedores episodios de un esbozado argumento y la notable actuación de Soledad Pertino, y un ajustado elenco reforzado por integrantes del Taller del Teatro San Martín. El brillante final: “We Dance Jazz”, de Coelho-Courtney Pine, está identificado con el más puro modern jazz, al estilo de una comedia musical que todos bailaron acompañados por el entusiasta batir de palmas del público.

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